martes, 19 de mayo de 2015

Formación del Espíritu Nacional


No parece discutible que esta asignatura tenía un objetivo bien explícito y que no debía ser otro que la adquisición de aquellos valores que se identificaban con los principios de una España, cuyo régimen político era un tanto peculiar para un país europeo que afrontaba la segunda mitad del siglo XX, junto a unos nuevos aliados económicos, democráticamente organizados, pero coincidentes con España en su animadversión hacia el comunismo.

Teniendo esta realidad en cuenta, no sé si los libros de texto que utilizábamos en esta poco exigente asignatura (no recuerdo a nadie que la haya suspendido nunca) eran los más apropiados para conseguir convencernos de las excelencias del sistema.
Viéndolos con la perspectiva del tiempo, no parece que 'Vela y Ancla' o 'Luiso' fuesen severos doctrinarios políticos como los que, supongo, se debieron utilizar en los años previos a nuestro paso por  el bachillerato. Aunque no descarto que mi recuerdo sea débil y, en realidad, su contenido fuese mucho más profundo de lo que en la memoria ha quedado.
Tampoco tengo nítida la imagen de quienes fueron nuestros profesores en esta asignatura, verdadera maría académica en la que nunca llegué a ver el menor grado de exigencia en el Ramiro, en aparente contradicción con la estatua que presidía nuestra plaza principal. Apellidos como Giraldo, Cubero y Sánchez Moreno quedan, sí, unidos a esta Formación del Espíritu Nacional en la que no destaqué por mi aplicación, debo reconocerlo.

Los tres libros que aquí publicamos (procedentes de la ya comentada 'Colección Lozano'), corresponden a los dos cursos del bachillerato superior y tienen aspecto y contenido más serios y, sobre todo, unos autores de reconocida categoría. 

Uno es de 5º curso, 'El hombre y la sociedad', de Torcuato Fernández Miranda, figura clave de la transición, presidente interino del Gobierno en 1973 y profesor de Derecho Político de Juan Carlos I.

Los otros dos son de 6º, 'Política social', de Efrén Borrajo, catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Complutense; y 'Política económica', de Enrique Fuentes Quintana y Juan Velarde Fuertes, ministro de economía y vicepresidente del Gobierno con Suárez el primero, y exalumno del Ramiro y consejero del Tribunal de Cuentas, el segundo. Ambos obtuvieron en Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Tres libros que, trascienden, gracias al nivel de sus autores, el teórico fin de una asignatura que desaparecería, definitivamente, de los planes de estudios en 1970 y cuyo contenido es mucho más interesante de lo que nosotros mismos dimos por hecho en aquellos años de instituto.

Política económica (interior 1)














Política económica (interior 2)
Política económica (interior 3)

4 comentarios:

  1. Aunque, como dice Paco, no nos tomábamos esa asignatura en serio, al margen de la asignatura -pero aprovechando las explicaciones de Sánchez Moreno y Cubero- yo sí vi interesante lo que en esos libros se decía (me refiero a los de 5º y 6º), y por ello sí me tomé interés, sobre todo, en lo referente a Demografía y Economía, y algo más (reconozco no haberme tomado ningún interés en lo que se refería al Derecho). No entro en si había mucho o poco contenido ideológico, o adoctrinamiento, pero he tenido ocasión de conocer, muchos años después, a Jaime Suárez, responsable de contenidos en aquellos años de la Editorial Doncel (que era la que los editaba), y me ha asegurado que, en aquellos años, pusieron muchísimo cuidado en que no hubiera ni una sola frase que hiciera referencia a la guerra civil o a la división entre los españoles. Y creo que es de justicia hacerlo conocer (como testigos, tenemos los propios contenidos de estos tres libros). Si lo consiguieron o no, lo ignoro, precisamente por haber consultado estos libros pocas veces después del Bachillerato.

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  2. Hay que reconocer que estos tres textos aunque ideológicos, tenían cierto nivel. El Luiso de Sánchez Silva rayaba en la cursilería.

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  3. Hubo en primero y segundo unos textos horribles tipo catecismo de Mendoza Guinea, que si adoctrinaban y mucho. Nos los explicaba Paco Giraldo el camarada. No recuerdo ningún suspenso.

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  4. Fuí alumno de Formación del Espíritu Nacional con Cubero, conocido con el mote de "el peón" de dudoso buen gusto actualmente, pero fruto del ácido humor de los años juveniles. Suspendí la asignatura durante dos años debido al poco interés que despertaba en mis años juveniles. Posteriormente me encontré con él a las puertas del Instituto Cervantes, en donde me presentaba como alumno libre, me reconoció y me informó de que no me molestase en entrar al aula de exámen porque me esperaba en Septiembre, ya que estaba suspenso directamente, sin siquiera efectuar el susodicho exámen.

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